¿Cómo serían los resultados para el Congreso en marzo? 24/02/2022
Elecciones en Colombia
Por: Héctor Tabares O. Periodista.

Sin dudas, este 2022 podría quedar enmarcado como el año que cambió el rumbo del país, bien sea por la elección del nuevo Congreso de la República donde habría una mayoría de integrantes de los grupos alternativos, así como por la escogencia de quién llegará a la Casa de Nariño como sucesor del presidente Iván Duque, que seguramente podría ser del ala diferente a la de su gobierno: el uribismo.

Y si bien puede haber sorpresas, hay muchas cosas claras que se vislumbran sobre el Congreso que se posesione el 20 de julio próximo. ¿Cuáles partidos o movimientos ganarán y cuáles perderían curules? ¿Cómo influiría esta elección sobre las presidenciales del 29 de mayo? Aquí se los contamos en EL OBSERVADOR.

Entre lo tradicional y lo alternativo
Este 13 de marzo los colombianos saldremos a elegir nuestros representantes en el Congreso de la República: 108 legisladores al Senado y 188 representantes a la Cámara, que ocuparán una curul durante los próximos cuatro años: 2022-2026.

Desde la Constitución de 1991 que puso fin al bipartidismo liberal-conservador que había dominado durante mucho tiempo la política en Colombia, los sectores tradicionales de la política han venido perdiendo importancia, por lo que, durante los primeros veintidós años de este siglo, los sectores alternativos han aumentado su fuerza y su representación. Los colombianos hemos entendido cada vez mejor que la política no es un negocio de unos pocos, sino el medio idóneo para transformar la sociedad. Por eso en muchas partes del país los votantes se han vuelto más independientes y exigentes.

Aunque en estas elecciones es previsible que el voto de opinión siga aumentando, no es menos cierto que el “voto amarrado” por clientelas, clanes y microempresas electorales seguirá siendo mayoría y dominará el Senado y la Cámara. Esto sería un obstáculo para un eventual gobierno alternativo como parece ser el que se vislumbra.

Crecen los alternativos
En estas elecciones de 2022, el sector alternativo está compuesto principalmente por dos coaliciones: la izquierda, reunida en el “Pacto Histórico” y el centro, unificado en la coalición “Alianza Verde y Centro Esperanza”.

Todo parece indicar que el sector que más crecerá será el Pacto Histórico. En 2018, las fuerzas que integraron este grupo lograron elegir a siete senadores: cuatro del Polo Democrático Alternativo –sin contar al senador Jorge Robledo que conformó el partido Dignidad–; dos de la Lista de los Decentes – sin decir del senador ´Manguito´, que se soldó a la coalición del gobierno–; y un senador de la Colombia Humana. En 2022, esta coalición podría llegar a tener doce senadores.

Si la lista de Fuerza Ciudadana, movimiento político liderado por Carlos Caicedo en el departamento del Magdalena, logra pasar el umbral electoral, el Pacto Histórico podría contar con otros tres senadores, para un total de quince.

Por otra parte, la coalición Alianza Verde y Centro Esperanza logró obtener diez senadores en 2018: nueve del Partido Verde y Jorge Robledo. En 2022, esta coalición podría pasar a doce senadores, con lo cual tendría un crecimiento moderado de apenas dos curules en el Senado. Si la lista del Nuevo Liberalismo logra superar el umbral electoral, la coalición podría contar con otros tres senadores, para un total de quince.

(NOTA INTERMEDIA: Al cierre de esta edición de EL OBSERVADOR, la Coalición Centro Esperanza afrontaba una posible división interna, a raíz de choques entre dos de sus integrantes: Ingrid Betancourt y Alejandro Gaviria).

En suma, el sector alternativo tendría un crecimiento para nada despreciable, al pasar de 17 senadores en 2018 a 30 en 2022.

Cuenta de cobro a Duque
La impopularidad del presidente Duque, su falta de sintonía con el país, el reciente estallido social, la oposición sostenida del gobierno al proceso de paz, su oscuro manejo de los recursos de la pandemia y la débil reactivación económica pasarán cuenta de cobro a los partidos que conforman su gobierno.

Como en 2022 el Senado seguirá teniendo el mismo número de curules que en 2018, el crecimiento del sector alternativo implicará la disminución del sector tradicional. Sin duda, el gran perdedor será el Centro Democrático, pues ya no tendrá al expresidente Uribe como cabeza de lista: este partido podría pasar de diecinueve a catorce curules en el Senado. Le seguirá el Partido de la U, donde algunos senadores emblemáticos como Armando Benedetti, Roy Barreras y Roosevelt Rodríguez se acomodaron en la coalición de izquierda. La U podría perder cuatro curules, al pasar de las catorce que obtuvo en 2018 a apenas diez.

Por último, el Partido Liberal, que no logra ubicarse en ninguna coalición, pasaría de catorce a once senadores, y Cambio Radical pasaría de catorce a doce. En cambio, el Partido Conservador podría quedar con las mismas curules, al hacer elegir a catorce senadores como lo hizo en 2018.

En su conjunto, el sector tradicional podría perder catorce curules, pasando de 77 senadores en 2018 a 63 en 2022. En todo caso, la pérdida no será tan significativa, pues los congresistas de la coalición del gobierno tienen más burocracia y mermelada que nunca y correrán ríos de plata en el marco de la Ley de Garantías para apoyar a sus candidatos al Congreso. La Ley de Garantías comenzó a regir en Colombia el pasado sábado, 29 de enero, que sin embargo propició el engrase de maquinarias políticas regionales con parte de la contratación pública.

Los que se mantendrán igual
Podemos suponer que tres sectores de las minorías no tendrán ninguna variación significativa: los partidos cristianos, los indígenas y las curules de paz en el Senado. Pese a la gran responsabilidad en el fracaso que les corresponde en este gobierno de Duque a los cristianos, dada su obediencia sin límites a sus dirigentes evangélicos, la coalición entre el partido Mira, que tiene tres curules en el Senado y Colombia Justa Libres, que tiene otras tres, minimiza la posibilidad de perder la personería jurídica por no pasar el umbral electoral. De hecho, como producto de la cifra repartidora, estos partidos podrían ganar una curul adicional, para un total de siete senadores.

Hay una gran expectativa sobre lo que sucederá en ausencia de Álvaro Uribe y Antanas Mockus, los senadores más votados en 2018. Por su parte, los indígenas tienen dos curules especiales, que mantendrán sin importar la votación que obtengan.

Una la tiene el partido de Autoridades Indígenas de Colombia (AICO) y, la otra, el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS). Este último ha jugado por primera vez a las dos circunscripciones: en la ordinaria va en la lista del Pacto Histórico, en el renglón seis, con Martha Peralta Epiayú; y, si el electorado no se divide o confunde, tendrá otra curul asegurada en la circunscripción especial indígena.

Por último, también están aseguradas las curules de la paz, en cabeza del Partido Comunes: serán cinco curules en el Senado que, por tratarse de una lista cerrada, ya tienen nombre propio y serán elegidos sin importar los votos que obtengan.

Las cabezas de lista
Ante la ausencia de Álvaro Uribe y Antanas Mockus, los senadores más votados en 2018, esta vez es probable que la fi gura política más fuerte sea la de Gustavo Petro. Por su parte, la coalición Alianza Verde y Centro Esperanza se la jugó con algunos personajes de opinión que pueden ser prometedores como Humberto de la Calle, exjefe del equipo negociador de los Acuerdos de Paz; Juan Carlos Flórez, exconcejal de Bogotá, con su campaña de “Cero Pesos”; y el analista político Ariel Ávila.

En la lista del Nuevo Liberalismo, le apostaron a la presentadora Mabel Lara. Sin embargo, por tratarse de una lista cerrada, no se podrá establecer el peso electoral específico de la cabeza de lista. En las filas del Partido de la U se la jugaron por Catherine Ibargüen, una gran fi gura del deporte nacional. Falta ver qué tanto voto de opinión logra arrastrar.

La Cámara de Representantes
El resultado de las elecciones en la Cámara de Representantes obedece a factores regionales, a grupos de poder y alianzas familiares, de clanes, caciques y hasta grupos al margen de la ley que se mueven en los territorios de cada departamento.

Es demasiado difícil conocer las alianzas y juegos de poder que se cocinan en cada región, donde juegan por debajo de la mesa los alcaldes, los gobernadores y los diputados con clanes, caciques y familias con influencias de diferente naturaleza. En esta corporación, el voto de opinión es minoritario y por lo general se impone el voto de maquinaria.

Curules para las víctimas
Sin embargo, este año se elegirán por primera vez en la Cámara las dieciséis curules para las víctimas del conflicto armado que se crearon con el Acuerdo de La Habana. Aún no está claro cómo se garantizará que estas curules cumplan con su finalidad: en principio, solo pueden votar las personas que estén inscritas en puestos ubicados en las zonas rurales de los municipios priorizados por el Acuerdo de Paz. Pero la Registraduría no ha sido muy clara en la actualización del censo electoral rural de los municipios seleccionados y la fuerza pública debe garantizar que no existan presiones indebidas por parte de grupos armados al margen de la ley.

En todo caso, esta será una ocasión muy importante para animar proyectos legislativos en favor de las víctimas del conflicto armado, el cumplimiento de los acuerdos de paz y el ejercicio de los derechos de los campesinos.

Las consultas presidenciales
El 13 de marzo puede entenderse como la fecha de la primera de tres vueltas presidenciales. Las elecciones legislativas serán un indicador sobre la fuerza que tienen los candidatos a la presidencia, pero la cifra más importante será el número de votos que cada consulta interpartidista obtenga ese 13 de marzo. En particular, esta votación será decisiva para valorar si el Pacto Histórico o el Centro Esperanza tienen más probabilidad de llegar a una segunda vuelta.

De los resultados de las listas de Senado y de la participación en las consultas presidenciales de la izquierda y el centro resultará la mejor opción para enfrentar a la coalición de la derecha. Por eso, el 13 de marzo puede entenderse como la fecha de la primera de tres vueltas presidenciales, en particular para saber quién será el candidato del sector alternativo que tiene mejores posibilidades de enfrentarse al sector tradicional de la política.

Al finalizar esta edición de EL OBSERVADOR, la única certeza, es que hasta antes del 13 de marzo cuando se realicen las elecciones para el Congreso de la República, ningún candidato puede asegurar que ganará en solitario en un escenario tan fracturado.

La última encuesta
El partido de gobierno del presidente Iván Duque, el Centro Democrático (uribismo) llegaría a la contienda en su peor momento en dos décadas. En la encuesta de las firmas Guarumo y EcoAnalítica (que mencionaremos a continuación), a la pregunta de cómo anda el país, el 49.1% respondió que va por mal camino, el 38,2 % respondió que por uno bueno; y no sabe o no responde, 12,7 %. El jefe político y mentor del presidente Duque, Álvaro Uribe Vélez, quien está de correría por el país haciendo campaña por sus candidatos del Centro Democrático al senado y presidencia, no ha sido bien recibido por muchas personas, y ha sido abucheado.

Según la más reciente encuesta de las firmas Guarumo y EcoAnalítica, que midió la percepción del país en el inicio de este año y publicada el 27 de enero pasado, si las elecciones para Presidente de Colombia fueran el próximo domingo (30 de enero), la mayoría de colombianos votaría por uno de los candidatos del Pacto Histórico, conformado por Gustavo Petro, Francia Márquez y Camilo Romero.

El 31,1 % de las personas encuestadas votaría por alguien del Pacto Histórico, frente a un 14,5 % que votaría por un candidato de Equipo Colombia, del que hacen parte Federico Gutiérrez, Alejandro Char, David Barguil, Enrique Peñalosa y Aydeé Lizarazo. Por su parte, el 12,4 % de los consultados dijo que votaría por otros candidatos que no hacen parte de coaliciones. Y por la Coalición de la Esperanza, conformado por Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Juan Manuel Galán, Jorge Enrique Robledo, Carlos Amaya, Ingrid Betancourt y Juan Fernando Cristo, votaría el 10,6 %.

Solo el 7,9% votaría por el Centro Democrático, intención que se vio superada por el No Sabe/ No Responde (8,7%) y por el voto en blanco (14,8%).

Calendario electoral:


Para elecciones legislativas:
- 13 de enero: cierre de inscripción de cédulas
- 2 de marzo: vence plazo para inscripción de nuevos candidatos en caso de muerte o incapacidad física
- 7 al 13 de marzo: inician votaciones en el exterior
- 12 de marzo: inicio de la Ley Seca a las 6:00 pm
- 13 de marzo: día de votaciones al Congreso
- 14 de marzo: finaliza la Ley Seca a las 6:00 am
- 15 de marzo: inician los escrutinios generales

Para la Presidencia:
- 29 de enero: inicio de campaña presidencial
- 28 de febrero: publicación del censo electoral
- 29 de marzo al 30 de abril: sorteo y publicación de listas de jurados de votación
- 23 al 29 de mayo: inicia la votación en el exterior
- 28 de mayo: inicia la Ley Seca a las 6:00 pm
- 29 de mayo: día de la elección Presidencial
- 30 de mayo: finaliza la Ley Seca a las 6:00 am
- 31 de mayo: inician escrutinios generales

Voto en blanco


Vote, y si su cultura electoral se lo dicta, vote en blanco, el voto en blanco sí tiene efectos políticos.

En Colombia, como una excepción entre los países de la región e incluso en comparación con algunos de los sistemas democráticos europeos, al voto en blanco se le reconoce validez y sí tiene efectos políticos. En países como México, Ecuador y Francia el voto en blanco se suma a la cantidad de votos nulos, y en países como Bolivia, Chile y Costa Rica los votos en blanco solo se computan con fines estadísticos, pero no afectan la determinación de los candidatos electos.

En Colombia, por el contrario, no solo el voto en blanco aparece como una opción para marcar en el tarjetón, por lo tanto, se cuenta entre los votos válidos, afecta la forma de determinar el umbral electoral y en caso de que en cualquier elección este voto obtenga una mayoría absoluta, se deben repetir las elecciones, y si se trata de elecciones uninominales, como es el caso de las presidenciales, no pueden presentarse los mismos candidatos a esos nuevos comicios. No obstante, esa particularidad de la norma no aplica para la segunda vuelta electoral, por lo que el efecto político del voto en blanco para esta instancia es formalmente ninguno.

Frente a la respuesta, entonces, planteada en nuestro titular ¿Hacia dónde va Colombia en 2022? la respuesta es concreta: En 2022 en Colombia se dibuja una nueva transición ideológica y democrática. Todas las encuestas hasta este momento, dan la posibilidad de victoria a un candidato muy distante del partido de gobierno actual, no se sabe todavía si en primera vuelta. Ninguna encuesta, ni ningún análisis apunta a la posibilidad de que las formas de gobierno de Iván Duque y sus aliados sean reelegidas. Al menos no, los próximos cuatro años.