Un horno mortal 22/09/2021
Calentamiento global
Por: Alfonso Morillo Ricaurte

Juan Pueblo, nuestro inquieto protagonista de estos diálogos sorpresivos, ya en el seno familiar, con su esposa Josefina y sus hijos Juanita y José, “los Jotas”, a su regreso del Guaviare y Caquetá ‒donde vio árboles que ardían y escuchó ruidos de motosierras‒ no dejó ni un momento de pensar y repensar sobre el proyectado y fracasado viaje para sembrar palma de cera africana.

En la mente quedó el interés por lo que para él fue una novedad, la deforestación y las consecuencias que puedan acarrear para la conservación del medio ambiente y, seguramente, muchas cosas más. Pese al extenuante viaje que culminaba, el descanso no fue como esperaba, debido a las interrupciones del sueño. Muchas cosas pasaron por su mente durante la noche y al día siguiente después de levantarse de la cama, sin pensarlo dos veces, llamó a otro de sus patronos para indagar un tema que ese día escuchó en la radio, el calentamiento global. Con la inquietud de una persona que quedó sorprendido y muy impresionado de su viaje fugaz a la región oriental del país, se comunicó con el señor Ricardo Reyes, quien, al escuchar la voz de Juan Pueblo, sin dar tiempo al habitual saludo, le dijo que todavía no era momento de podar el jardín.

“No señor Reyes, lo llamo para que me dé una instrucción sobre el calentamiento global”. “Y a ti qué te interesa, pobre tonto”, respondió Ricardo. Juan Pueblo, sin ofuscarse, le narró rápidamente las experiencias vividas en los últimos días. “Eso es otra cosa”, le respondió al tiempo que preguntaba si tenía grabadora o cómo iba a hacer para memorizar todo cuanto tenía para decirle”. “Está bien, empiece”, le dijo Juan Pueblo. Ricardo inició su disertación vía celular”:

“El calentamiento global es un incremento de la temperatura media en la atmósfera de la Tierra y en la superficie oceánica. El problema es que las ciudades se saturan más, debido al transporte con motor, a las industrias con chimeneas y a las basuras y desechos. Alrededor de un millón de especies marinas y plantas podrían extinguirse en dos o tres décadas, los humedales han desaparecido, además vemos incendios por doquier, huracanes, desbordamientos e inundaciones; las selvas de antes, hoy en día son extensiones ganaderas que ocasionan innumerables consecuencias, todo por
el mal uso de la naturaleza”.

Juan Pueblo interrumpió la explicación, que parecía una conferencia en la universidad y le preguntó: “Doctor, doctor Reyes, pero concretamente, ¿qué produce el calentamiento global?” “Allá voy, espera, no te afanes, que son muchas las cosas que faltan por explicar”, le dijo.

“Prosiga doctor”. “El calentamiento global es causado por las radiaciones
solares; la deforestación que tú viste en el Caquetá no es fácil de controlar, pero con un esfuerzo conjunto que el gobierno lidere ‒con voluntad política y recursos nacionales y extranjeros‒ podemos neutralizar y luchar contra el calentamiento global, porque, si el planeta ‒escúchame bien‒, si el planeta sube dos grados más, sencillamente sería LA CATÁSTROFE TOTAL”.

“Doctor, ¿uno como simple ciudadano de la Tierra, guadañador de jardines, puede hacer algo para evitar esa catástrofe de la que usted habla?”.

“Todos y cada uno de los habitantes del planeta podemos hacer y mucho.
Con el objetivo de colaborar en algo, cada uno de nosotros podemos hacer cosas fáciles para no calentar más el planeta, como plantar árboles; cuidar el medio ambiente; no contaminar los cuerpos de agua, es decir, los mares, ríos y lagos. Asimismo, OJO reciclar la basura, o sea separarla, ahorrar energía, no usar el auto o la moto para salir a la tienda a comprar una piña”, enfatizó.

“¿Doctor Reyes, alguien se ha opuesto a esas reglas?”.

“Claro que sí, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump”.

“En serio, no lo puedo creer, todo un presidente de esa nación; así serían de malos su gobierno y quienes lo siguen”.

“Ya basta, no nos metamos en política, me llamaste para que te explique el calentamiento global”. Juan Pueblo contestó: “Otro día que tenga tiempo me
cuenta más cosas, porque ahora salgo al trabajo. “Está bien, vete, pero antes escúchame bien claro lo que voy a decirte:

1.2 grados es la actual temperatura. Si subimos a 1.5, sería una calamidad, y si llegamos a 2 grados, habitaremos en un HORNO MORTAL”.

Los celulares de parte y parte se acallaron.