Una nación que ni siembra ni cosecha 21/05/2021
siembra de arroz
La causas de la caída en el sector agropecuario en Venezuela que han llevado al desabastecimiento de alimentos en los supermercados venezolanos.

La escasez de comida y el desabastecimiento de los supermercados en Venezuela se deben principalmente a la baja productividad del sector agrícola en la última década, pues pasó de cubrir a 70% de la población a abastecer solo 25% de la demanda nacional, evidenciando una reducción de 45 puntos básicos en la segunda mitad del régimen chavista.

Según datos de Fedeagro, una de las principales razones para el declive del sector es la falta de insumos. El presidente de la corporación, Aquiles Hopkins, ha dicho que la empresa estatal Agropatria, encargada de proveer los materiales, disparó sus precios en 4.000%.

Los herbicidas pasaron de 18.810 bolívares fuertes (US$0,23) a 927.000 bolívares fuertes (US$11,45), el saco de semilla que estaba en 2017 en 80.000 bolívares fuertes (US$0,99), este año se ha vendido en 30 millones de bolívares fuertes (US$370,55). La urea subió de 2.000 bolívares fuertes (US$0,02) a 596.000 bolívares fuertes (US$7,36)”, explicaba el director previo al cambio del cono monetario.

La falta de recursos para sembrar y cuidar el campo venezolano ha llevado a la disminución del volumen de los productos más representativos de la agricultura del país, como el arroz, el maíz, la caña de azúcar y el café.

En 1998, la siembra de arroz llegaba a 383.000 toneladas que subieron a 1,36 millones en 2008. Sin embargo, para 2017, cayeron a 405.000 toneladas, poco más que hace 20 años.

Un comportamiento similar han tenido los otros tres productos previamente mencionados, que luego de tener un crecimiento vertiginoso en la primera mitad del régimen chavista cayeron de manera estrepitosa en su segunda década, llegando a niveles similares e incluso inferiores que los registrados al comienzo del gobierno de Hugo Chávez.

En 2017, el maíz tuvo un millón de toneladas, la caña de azúcar 270.000 y el café 45.000. Ninguno de los tres productos logró abastecer a más de 40% de la población venezolana. El arroz llegó a 35% de abastecimiento del mercado. En 1998, el arroz, el maíz, la caña de azúcar y el café llegaban a 383.000 toneladas, 1,46 millones, 325.380 y 50.000 toneladas respectivamente.

Además de la baja producción y de la falta de recursos para potenciar el campo, los agricultores son obligados a vender 60% de su producción al Gobierno, según informó Fedeagro. De no cumplir dicha condición, “los productores reciben amenazas de invasión en sus terrenos y sus insumos son reducidos”, según mencionó Hopkins.

Por si fuera poco, la inclemencia del clima no ha sido de gran ayuda para los agricultores. El director de Inversiones Green Valley, Joseph Martin, mencionó que Venezuela está pasando por un fenómeno ambiental que ha comprometido el ciclo de cereales.

“Cuando estábamos entrando al mes de julio ya deberíamos tener dos meses de temporada de lluvias, pero no llovió en absoluto. Esto ha impactado fuertemente en la ganadería, donde la mortalidad de ganado se aproxima a más de 60.000 reses”, aseguró.

La situación se agudiza más teniendo en cuenta que, mientras el Gobierno toma más de la mitad de la producción agrícola venezolana, su inversión en el campo no es muy significativa, pues en los 20 años que el régimen chavista ha estado al frente de Venezuela, el porcentaje que el sector agrícola abarca de PIB solo ha superado una vez el umbral de 6%, cifra registrada en 2009.

El investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Ronal Rodríguez, agregó que el sector agrícola “ha sido uno de los más golpeados” en Venezuela debido a la lógica de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro frente al desempeño de los agricultores y sus respectivas ganancias.

“Se desincentivó la lógica de producción cuando se obligó a los productores agrícolas a vender sus productos por debajo de los precios del mercado”, agregó.

Con las ventas bajas, la producción acaparada por el Gobierno y la escasez generalizada de materia prima, Fedeagro estima que “de cada cuatro días que un ciudadano come, la producción nacional solo le puede garantizar un día”.

De esta manera, ambos expertos coinciden en que el régimen chavista debe cambiar sus políticas en lo referente al sector agrícola. Mientras Martin asegura que “el Estado es el primero que se ha dedicado a sabotear toda la actividad agrícola, Rodríguez afirma que “el modelo de desarrollo que en su momento lanzó Hugo Chávez terminó en la destrucción del poco sector productivo que quedaba”. De momento, según los analistas, el plan de dominación del Gobierno sobre la agricultura sofoca a Venezuela.

Las Clap no aportan soluciones
Dentro de su análisis a la situación actual del sector agrícola en Venezuela, Fedeagro asegura que las cajas de Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) no son una solución viable a la escasez actual. Frente a este aspecto, Hopkins señaló que “da vergüenza que el país tenga que traer del exterior los artículos que son vendidos a la población en las cajas Clap”, cuando el contenido de las mismas se puede producir en el país “cinco veces más barato”. El dirigente aseveró que la verdadera solución es abastecer a los productores de los insumos necesarios para sus actividades.