Cada loco con su tema 08/01/2022
elecciones presidenciales
Editorial La Tribuna

Mientras transcurre el tiempo político, la derecha pretende reunir los rezagos del impopular gobierno Duque con sus nefastos errores. Los partidos Conservador, Cambio Radical y la U, cada uno por su lado y sin muchas caras nuevas, irán a consulta en marzo con David Barguil, Alex Char, Juan Carlos Echeverry, Federico Gutiérrez, Enrique Peñalosa y Dilian Francisca Toro. Su resultado es el más incierto y aunque podrían seguir avasallando en el Congreso, esto no se traslada automáticamente al escenario presidencial.

La razón, porque ninguno de sus precandidatos despierta mucho entusiasmo en la opinión y aunque todos se unieran detrás del vencedor de la consulta, llegar a segunda vuelta no será fácil. Uribe ya no es el gran elector, pero podría aportar algunos simpatizantes que necesita la coalición.

Rodolfo Hernández, no se ha integrado a una coalición y sigue su campaña en redes sociales con un discurso antipolítico muy exitoso, pero seguramente eso lo relegará a un lugar menos visible. La coalición Centro Esperanza comenzó a formarse hace más de un año, aún hay muchas dificultades para organizarse: casi todas las precandidaturas se definieron como de centro y ya tienen cansada a la opinión.

La baraja de seis precandidatos que irán a consulta en marzo son: Carlos Andrés Amaya, Juan Fernando Cristo, Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán, Alejandro Gaviria y Jorge Enrique Robledo, quienes no han logrado consolidar una oferta electoral única para las legislativas, menos aún por el anhelo del nuevo liberalismo de los Galán de probar su capacidad de convocatoria con su recién recuperada personería jurídica. El centro puede esperar resultados favorables en la segunda etapa que irá hasta marzo, si saben mantener al principal adversario de Petro.

El Pacto Histórico se organizó temprano y cuenta con el favorito en las encuestas, Gustavo Petro. La consulta con Francia Márquez, Camilo Romero, Alfredo Saade y Arelis Uriana es la única que parece decidida y será la consulta con mayor número de votos. La situación favorece a Petro, quien aparece a la cabeza desde hace meses y aprovecha las dificultades de organización de las demás fuerzas para reforzar su posición y comenzar una campaña de triunfos en debates. El margen es tan amplio que habla incluso de ganar en la primera vuelta, y aunque no sea así, las encuestas lo muestran como el vencedor de la segunda vuelta.

Gracias al liderazgo de Petro, el Pacto Histórico pudo organizar listas únicas para las legislativas, que, aunque tubo turbulencias, renuncias ruidosas y acusaciones de autoritarismo, llama la atención que un sector acostumbrado a las divisiones y peleas fratricidas lograra por fin organizarse.