Nunca como hoy, la unión hace la fuerza 15/05/2021
América Latina
Países “civilizados” acaparan las vacunas para negociar con la vida.

Hace un año, cuando la pandemia estaba causando gran cantidad de muertos en todo el mundo, los pueblos de la tierra buscaban afanosamente una vacuna que permitiera inmunizar a la población mundial y de esa forma frenar la catástrofe; hoy la realidad es muy distinta y quizás más trágica por su connotación histórica; el mundo cuenta con por lo menos 17 inmunizantes y algunos países “civilizados” han acaparado el 90% de las mismas, para hacer el gran negocio de la vida o quizás de la muerte, muchos gobernantes a esta hora negocian comisiones o coimas y la vacunación se hace lenta, sin tener en cuenta que cada día que pasa, la mortandad es mayor y puede llegar el colapso, que nos ponga en una situación aún más dramática que la de hoy.

Los adagios populares, los dichos o simplemente las sentencias de los viejos que apelaban a esa forma de educar, por estos días se han vuelto premonitorias y de alguna manera, amenazantes. La unión hace la fuerza lo hemos escuchado desde niños, pero en este momento histórico de América Latina, se hace absolutamente necesaria; el mundo globalizado de hoy prácticamente no tiene fronteras, ni gobiernos; como tampoco leyes promulgadas por un país, pues las grandes empresas multinacionales y las corporaciones manejan todo a su libre arbitrio, sin que nadie les ponga reparos, les exija o por lo menos les pida rebaja; ponen precios a los servicios públicos, a las medicinas, a los autos, al dinero; ponen precios a los alimentos, al turismo, a la recreación y para resumir, ponen precio a la vida; para ello solo tienen como parámetro la –MÁXIMA GANANCIA-.

Por si lo anterior fuera poco, los países se han unido en bloques y muchos de ellos establecen la balanza comercial, basados en el principio macroeconómico del mercado exclusivamente, no hay ningún criterio humanista, o por lo menos de consideración; vemos como la Unión Europea, tiene legislación propia, un Parlamento, una moneda y un pasaporte para los habitantes de los 28 países miembros, de tal forma que sus gentes disfrutan de esa unidad y pueden viajar dentro de la unión sin mayores problemas, solo el idioma y la religión los diferencia un poco. Los Estados Unidos de Norteamérica, han hecho lo mismo, son 50 estados que se han unido con la vocación de ser un imperio y por eso intervienen en todos los países del mundo, y encontramos también la Liga Árabe, la Unión de Países Africanos, Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y en fi n, bloques de naciones y países, que establecen negocios de bloque a bloque, y por supuesto, siempre lo hacen de pie o sentados en una mesa de negociaciones de tú a tú, sin ningún condicionamiento humillante. América Latina está completamente ausente de este enfoque comercial y social que mueve al mundo de hoy, los 12 países de Suramérica, no tienen nada que los una, a parte de la Cordillera de Los Andes, los ríos y los mares; nada une a Suramérica con Centro América y el Caribe, por esa razón, los 31 países de la PATRIAGRANDE establecen relaciones comerciales de forma aislada e individual, casi todos tienen tratados comerciales con la Unión Europea o la Unión de Estados Americanos USA y estos tratados comerciales que a veces se llaman de libre comercio, profundizan más la crisis de los países de esta región, pues como dice otro dicho popular, el pez grande se come al chico, y por eso en los tratados, la ventaja siempre es para el bloque o para el país más grade, además la redacción de los documentos protocolarios para los tratados, siempre tienen una carga de discriminación y la prelación para el grande es evidente; se ha reconocido la propiedad intelectual a los países ricos, de casi todo lo que existe sobre la tierra y por eso, ahora ellos venden las semillas, los abonos y los insumos; son los dueños de las grandes farmacéuticas y encuentran en las enfermedades el negocio más fabuloso del mundo.

El hecho cierto es que algunos de los países que se autoproclaman del primer mundo o civilizados, han comprado el 90% de las vacunas y ahora, están especulando en el mercado y por supuesto, dando comisiones y migajas a algunos gobernantes, para que la vacuna llegue a salvar la vida de los países “pobres” que mueren en medio de la riqueza. Los países llamados despectivamente tercermundistas, no han producido ninguna vacuna, exceptuando a Cuba que ha desarrollado tres.