Por: Hugo Sierra - Editor.
Al cumplirse el primer año de gestión, EL OBSERVADOR conversó con la alcaldesa Fabiola Jácome sobre cómo va la ejecución del Plan de Desarrollo ‘Cajicá Ideal’ y cuáles son los desafíos en su segundo mandato frente al municipio, que hoy tiene una población que supera los 100.000 habitantes y evidencia un acelerado desarrollo urbanístico.
¿Qué es lo que más destaca del primer año de esta segunda vez como alcaldesa?
Feliz por esta segunda oportunidad. Doy gracias a Dios, era una ilusión que tenía de volver con proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de los cajiqueños. Desde el primer día estamos trabajando muy juiciosos, con un equipo extraordinario: todos tienen claro los compromiso que asumimos en movilidad, seguridad, servicios públicos y desarrollo social. El Concejo nos dio un voto de confianza con la aprobación del Plan de Desarrollo.
¿Siente que va por la senda de la Cajicá ideal?
Sí. Estamos haciendo la tarea, pero hay procesos muy lentos que impiden ir más rápido para cumplirle a la gente. En el 2025 estoy segura que vamos a avanzar mucho. De los logros más importantes el año pasado están dos obras sociales: la Unidad para la discapacidad, donde hay 1.200 niños, y es un ejemplo para Colombia. Y el Centro del Adulto Mayor, donde acogimos a 35 personas, que hoy viven en mejores condiciones.
¿Los tanques de compensación y la estación de bombeo son la solución a largo plazo para el problema del agua?
Sí, pero este es un problema de los municipios que recibimos el agua en bloque de Bogotá. Nos propusimos ejecutar el Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado y empezamos por el agua para atender los reclamos de la comunidad y les estamos cumpliendo:
Poner en funcionamiento la estación de bombeo con un tanque de 2.500 mts3, y el primer tanque de 10.000 mts3 finalizando abril lo estaremos entregando.
Vamos a garantizar el servicio de agua para todos de buena calidad. Es cierto que hay todavía algunos problemas por el racionamiento, pues el agua se demora en llegar, pero en condiciones normales no hay inconvenientes en el suministro.
¿Cuáles son los logros en movilidad y seguridad, temas que inquietan a la ciudadanía?
La gente perdió el respeto por las normas de tránsito. La Secretaría de Tránsito quedó en firme, por lo que se crearon los agentes de tránsito y un grupo de más de 45 personas que se ven en las calles ayudando como gestores de movilidad. Este orden que hemos impuesto ha causado mínimas críticas. Se necesita un operador de tránsito porque nuestra Secretaría definitivamente no tiene los recursos, ni los equipos técnicos, ni el personal para prestar algunos servicios. Vamos a presentar al Concejo el proyecto de Acuerdo para definir el operador.
Nosotros lo vamos a operar como municipio a través de una concesión que se encargue de 48 trámites como placas, traspasos y licencias. La concesión además se debe encargar de la instalación de semáforos, manejo de zonas azules y mejoramiento de vías. Este operador es independiente, pero nosotros fijamos las condiciones, entre ellas, el porcentaje de la plata que le debe quedar al municipio.
La recolección de basura genera trancón en el día y se perdió la disciplina para sacarla. Logramos con el apoyo de la EPC cambiar los horarios y ahora se recoge de noche. Los resultados son buenos: en 4 o 5 horas se hace esa labor. Vamos a implementar dos días de reciclaje a la semana para apoyar económicamente a los recicladores locales.
¿Y en seguridad aún falta?
La persona que está al frente de la Secretaría de Seguridad y Convivencia es muy capaz, con experiencia para hacer la tarea. Trajimos a la Policía Judicial, la SIJIN, la DIJIN y el Gaula para combatir los delitos más comunes. Hemos avanzado en la sistematización con una gran inversión: tenemos cámaras de alta definición y una central de monitoreo; se puso en servicio la línea 123, hay un equipo de personas para atender las llamadas de la comunidad. Además se aumentaron los cuadrantes:
Pasamos de 2 a 4, y habrá un 5º con un grupo motorizado. Se bajó el Ejército de La Cumbre; son 50 uniformados, a los que les hemos ayudado con su dotación, dedicados a vigilar todos los días la carrilera del tren, un sector álgido, y a hacer patrullajes permanentes.
Hay más tranquilidad y la gente se siente segura al caminar. Y hemos dado golpes ejemplarizantes a la delincuencia organizada. Ahora vienen las cámaras de reconocimiento de placas y vamos a establecer un ‘plan candado’ para que no vengan a hacer daño. Cajicá es un verdadero paraíso y tenemos que cuidarlo entre todos, en eso estoy trabajando duro.
¿Y vuelve el tren turístico?
Estamos gestionando a ver si lo podemos traer otra vez. Hemos renovado el parque La Estación, es la cara del municipio y el eje turístico. Los artesanos ya se reubicaron, la estación del tren será su casa permanente. El Instituto de Cultura y Turismo está trabajando en la organización de diversos eventos culturales para que los visitantes disfruten de este sitio emblemático.
Dos temas gruesos en su agenda: el PBOT y la Región Metropolitana Bogotá –Cundinamarca…
Con la Región Metropolitana son muchos los beneficios que se pueden obtener, se busca ayudarnos mutuamente para solucionar problemas.
No lo voy a imponer a la comunidad. Vamos a promover unos conservatorios para escuchar las razones de los están de acuerdo y los que no, al final es la gente la que decide si es importante ingresar a la Región. Es abrir un diálogo con todos los sectores: jóvenes, ex alcaldes, políticos y expertos. Después de mitad de año haremos reuniones para conocer qué dice la gente, que es la que debe decidir.
Sobre el PBOT estoy tranquila con la revisión. Nosotros recibimos el proyecto concertado el 2023 y la magistrada (Nelly Villamizar) ha sido vigilante del proceso adelantado y le dio el visto bueno. No se está cambiando el uso del suelo para nada, no se está proponiendo pasar de agrícola a urbano, simplemente se están aclarando vacíos. No hay cambios del suelo, por el contrario, en el POMCA se dice que se está bajando la densidad de la vivienda, en vías principales los primeros pisos solo deben ser para comercio. La modificación no causa problemas a la comunidad, los cambios no son para construir grandes condominios ni para favorecer a algunos sectores, es para incluir las determinantes ambientales en cumplimiento de la sentencia del Río Bogotá.