El inicio de una quijotada 12/04/2022
Foto: Arriba, de izq. a der.: José Luis Martínez, Yuly Valbuena, César Martínez y Edilberto Devia. Abajo: Anamaría Ayala, Dahira Malaver y Julio León. Archivo EL OBSERVADOR.
Por: Anamaría Ayala

En la edición 80, recuerdo con gratitud los dos primeros años de EL OBSERVADOR. Años en los que exploré mi amor por la investigación y la escritura.

A comienzos del año 2013, conocí a un grupo de cuatro amigos que tenían la intención de innovar con un medio de comunicación independiente que reflejara el sentido de pertenencia cajiqueño y representara la verdad. Yo estaba en mis últimos semestres de Periodismo y Comunicación Social y, gracias a una persona en común, me invitaron a formar parte del proyecto. Inicialmente aporté ideas para el diseño gráfico del periódico y entre todos fuimos dando origen a la estructura de una publicación impresa. Durante las primeras ediciones, fui periodista de las secciones Política, Ambiental y Social, puse en práctica mis años de estudio profesional, y luego me convertí en la coordinadora editorial, exactamente de agosto de 2013 a abril de 2015.

Ser la editora suponía un enorme reto, debía ajustar lo que estaba en construcción hacia las expectativas de un público en aumento. Puedo decir que fue un reto superado. Durante esos casi dos años, logramos posicionar a EL OBSERVADOR como un medio confiable que alcanzó un tiraje de 1.000 ejemplares en Sabana Centro, dimos los primeros pasos para ser un medio digital y conformamos un maravilloso equipo de siete periodistas, un corrector de estilo, un diseñador gráfico y un estupendo equipo de dirección que ha estado presente desde el primer día.

EL OBSERVADOR no solo fue una experiencia laboral, fue mi casa. Me acogieron y crecí personal y profesionalmente. Entre tantas condiciones en el mundo del periodismo, saber que era parte de un medio de comunicación independiente que valoraba mi posición y me ofrecía retroalimentación, era una motivación para creer que es posible un periodismo serio que aporte a la sociedad.

Ahora, solamente me resta agradecer a quienes han creído en este proyecto y le han apostado al periodismo joven. Me enorgullece saber que lo que inició como una quijotada, hoy cumple nueve años al servicio de los habitantes de Sabana Centro.