Un café con el director 22/10/2021
Jerónimo Rivera Betancur
En EL OBSERVADOR pensamos, soñamos y nos atrevemos a hablar con la gente, a base del respeto, y de una buena taza de café. Hoy, con Jerónimo Rivera Betancur, autor del libro “El viaje sin héroe del cine nacional” (1)

Él mismo se presenta: “Soy, antes que nada, profesor. He impartido cursos regulares, seminarios, conferencias y demás en varios países, y mis áreas de interés son básicamente la narrativa audiovisual, el cine y la dramaturgia (guiones y dirección de actores).”

(https://jeronimorivera.com/about/).

La primera película documental colombiana de la que se tiene conocimiento es “El drama del quince de octubre” (Di Dominico, 1915), basada en un hecho real y violento: el asesinato del General Rafael Uribe Uribe. Luego, en 1922, se realizó el primer largometraje de ficción titulado “María”, basado en la obra de Jorge Isaacs. “María” cuenta la trágica historia de amor de María, una hermosa joven y su medio hermano, Efraín, un joven galán vallecaucano. Y durante estos cien años de cine colombiano, han sido casi nulos los esfuerzos de los realizadores cinematográficos por pensar en películas de héroes.

Este aspecto es enfocado y analizado por el profesor de la Universidad de La Sabana, Jerónimo Rivera Betancur, en su libro “El viaje sin héroe del cine nacional”, resultado de varios años de investigación, en el que analiza cómo en el cine colombiano, pensar en películas de héroes es visto como algo iluso y fantasioso, ya que las cintas del cine nacional las protagonizan personajes que no quieren ser héroes, o no se los admite como tales, lidiando con un contexto social que no los favorece. Sobre el asunto, dialogamos con él en EL OBSERVADOR.

EL OBSERVADOR (EO): ¿Por qué en Colombia no se realizan películas con súper héroes, que combatan a los infames más perversos y busquen el bienestar de los demás, que a la salida del teatro nos dejen el ojo cuadrado al punto que no dejemos de admirarlos?

Jerónimo Rivera Betancur (JRB): Las películas, por lo general, se basan en el conflicto y el conflicto no necesariamente es algo negativo. El conflicto es algo que el personaje principal tiene que superar. Estamos en un país polarizado donde todo se mira con un sesgo ideológico, con pragmatismo, y a muchos héroes se les desvirtúa justamente por eso: se les descalifica desde lo político. Por tanto, a un héroe que tuvo una relación con sectores de izquierda o de derecha se le minimiza. Entonces, los realizadores, cuando han de pensar en un personaje con atributos positivos, por el pragmatismo, por el pesimismo, por esa sensación de angustia y desazón en la que vivimos se los considera faltos de realismo, ingenuos, caricaturescos, cuando desean crear un “súper héroe”. No así en países como Estados Unidos donde en sus narrativas audiovisuales es norma que se conciban personajes que salven a la humanidad.

EO: Precisamente, ¿y eso por qué?

JRB: Hemos llegado a un grado de pragmatismo tal que no creemos que nadie nos pueda salvar. De hecho, quienes nos deberían salvar en la vida real son los que más nos hunden. Estamos hablando de esa desidia frente a los políticos, al Ejército, la Policía, por el temor que a veces la población siente frente a ellos. Y cuando en algunas películas nos han mostrado personajes de la fuerza pública como héroes terminan siendo consideradas panfletos de derecha, donde se estigmatiza mucho a los héroes sociales o a los sectores de izquierda. Por eso considero que esa polarización ha influido mucho en que no tengamos “héroes”, no solo en el cine sino también en la televisión donde también es escasa la presencia de ellos.

EO: ¿Qué te inspiró el escribir 'El viaje sin héroe del cine nacional’?

JRB: Vengo estudiando el tema del cine colombiano aproximadamente desde hace 14 o 15 años y esto derivó en mi tesis doctoral, que fue en la Universidad de Navarra, España y fue laureada. Se trató de “El viaje del protagonista del cine colombiano”, un tema en el que yo buscaba encontrar si había heroísmo en el cine nacional y que muy rápidamente encontré que no es así. Cuando terminé mi tesis, me dediqué a escribir un par de libros. El primero, “El papel del cine colombiano en la escena latinoamericana”, que tiene que ver más con narrativas y la industria; y este segundo libro que ya es el modelo definitivo de mi tesis doctoral, en donde planteo un modelo alternativo a uno muy conocido, que es “El viaje del héroe” de Joseph Campbell que se trabaja en todas las escuelas de cine del mundo. Lo que propongo es un método alternativo para narrativas antiheroicas como la colombiana. En este texto se hace el análisis de la narrativa colombiana, pero en una segunda etapa la idea es hacerlo en varios países como Argentina, Perú y en México.

EO: ¿Cuál es ese modelo que propones deba ser aplicado a la cinematografía colombiana?

JRB: Es un modelo que se ha aplicado de manera empírica. Por el análisis de las películas, me he dado cuenta de la forma como se narran muchas de ellas. En el hago la comparación con respecto a lo planteado por Campbell que habla del status quo, del punto de partida, caótico per se, una situación donde los valores están invertidos y tenemos un personaje que por las circunstancias está obligado a actuar.

NOTA: (1). En este libro, el autor sugiere que una de las principales marcas de identidad del cine colombiano (y buena parte del latinoamericano) es la conexión entre ficción y realidad, y cómo, ante una realidad caótica de valores invertidos, los personajes de las historias se ven limitados a actuar en un contexto que castiga la heroicidad. (Quienes estén interesados en conocer la amplia bibliografía de Jerónimo Rivera Betancur, deben consultar: https://jeronimorivera.com/mis-libros/