EDITORIAL
En este contexto, el Día del Idioma se convierte en una oportunidad poderosa para rendir homenaje no solo al idioma español, sino también a quienes lo han transformado desde la literatura, desde la poesía, desde el cuerpo y la memoria.
Este año, en la Revista 1+Uno Mujer , decidimos dedicar nuestra edición de abril a la literatura femenina en Colombia. Lo hacemos no solo como un acto de reconocimiento, sino como un gesto de resistencia frente al silenciamiento histórico que han vivido las mujeres en el ámbito de las letras. Porque si: durante siglos, las mujeres escribieron desde las sombras, con seudónimos, en la intimidad de los diarios, en los márgenes de la historia oficial. Muchas de sus voces fueron ignoradas, minimizadas o directamente borradas. Sin embargo, nunca dejaron de escribir. Hoy, queremos traer al centro esas voces potentes que han construido, palabra a palabra, un universo literario diverso y profundo.
Desde Soledad Acosta de Samper en el siglo XIX, pionera del periodismo y la novela histórica, hasta Marvel Moreno, que retrató con agudeza las contradicciones de la mujer caribeña en una sociedad patriarcal. Desde los poetas de la resistencia como María Mercedes Carranza, hasta las narradoras contemporáneas como Pilar Quintana, Velia Vidal, Melba Escobar, Carolina Sanín o Power Paola, cuyas obras siguen abriendo caminos y revelando verdades que aún incomodan.
Leer a las mujeres es entender la literatura desde otros cuerpos, otras geografías, otras realidades. Es acercarse a lo intimo ya lo político, a lo ancestral ya lo cotidiano. Es reconocer que también desde los márgenes se construye país, se tejen memorias y se crea belleza. En sus textos encontramos el eco de las abuelas, la rabia de las jóvenes, la ternura de las madres, la sabiduría de las ancestras y la valentía de quienes se atreven a decir lo que tantas veces se quiso llamar.
Esta edición es, entonces, un viaje por la literatura femenina colombiana: por sus temas, sus luchas, sus estéticas. Encontrarán en estas páginas entrevistas, crónicas, fragmentos, recomendaciones de lectura y reflexiones sobre el papel de las mujeres en la literatura y en la construcción de una cultura más equitativa, más diversa, más justa.
Celebrar el Día del Idioma desde la voz de las mujeres no es solo un acto simbólico. Es una afirmación de vida. Es una manera de decir que el lenguaje también puede ser territorio de libertad, que escribir es un acto de poder y que leer a otras mujeres es una forma de reconocernos, acompañarnos y transformar la realidad. Porque nuestras palabras no solo cuentan historias: también sanan, resisten, enseñan, incomodan, despiertan. Y, sobre todo, perdurarán.
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