Érase una vez en Tenjo y Tabio… ¡la tierra cultivada! 23/02/2022
conurbación
Por: Héctor Tabares. Periodista.

Mientras el hambre ganaría terreno en Colombia por una inseguridad alimentaria, en Sabana Centro la conurbación no da tregua: 1 millón 700 mil hogares colombianos consumen solo dos comidas al día, situación agravada por la pandemia de la COVID-19. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), titulado “Focos de Hambre”, formula que Colombia, Honduras y Haití, vivirán una inseguridad alimentaria aguda (léase: hambre) que se agravará entre febrero y mayo de 2022.

El mismo precisa que en Colombia -el único país suramericano con esta alerta- “el hambre ganaría terreno (afectando también a migrantes venezolanos) por cuenta de una combinación de problemáticas, entre ellas: la inestabilidad política y social, la crisis migratoria regional, el desplazamiento interno, la violencia, el impacto de la pandemia, los retrasos en la implementación del acuerdo de paz y el poco acceso de asistencia humanitaria”.

El informe se produjo justo en el momento en que en EL OBSERVADOR trabajábamos en un artículo enfocado en la extinción de la frontera agrícola en los municipios de Sabana Centro, y sus consecuencias para la alimentación de la región, y mientras en Colombia el 54.2 % de los hogares presenta inseguridad alimentaria: 1.7 millones de hogares colombianos consumen solo dos comidas al día, situación agravada por la pandemia de la COVID-19.

La proyección para este 2022 es que 7,3 millones de colombianos necesitarán asistencia alimentaria, lo que podría incrementar el malestar social. Por tanto, la FAO y el PMA sugiere para Colombia “la distribución de insumos agrícolas y el establecimiento de áreas para la producción rápida de alimentos, atención médica veterinaria, apoyo a la producción de forraje y ayuda para preservar los medios de vida”.

Y mientras estos organismos internacionales abogan porque los países conserven o dediquen más tierras para el cultivo de alimento para los humanos, y en países europeos se lo toman en serio implementando la agricultura vertical como una de las principales soluciones a los problemas de las ciudades modernas, permitiéndoles generar más alimentos en un espacio inferior y dejando de paso una menor huella ecológica, en Sabana Centro se insiste en darle uso totalmente distinto al suelo rico para los cultivos agrícolas.

En Suecia, por ejemplo, construyeron un invernadero vertical de 17 plantas, con una altura de 60 metros, más de 4.300 metros cuadrados reservados al cultivo hidropónico vertical y la producción de hasta 500 toneladas de alimentos orgánicos anuales. Se trata del World Food Building, el edificio de alimentos del mundo.

El desarrollo urbano

Ah tiempos aquellos en que los suelos de la Sabana de Bogotá eran considerados como los mejores terrenos en Colombia para poder implementar algún tipo de cultivo. Hoy, esa bendición del Creador ha ido perdiéndose, porque se le viene dando cada vez más paso al desarrollo urbano, sumiendo infortunadamente a esa región entre los 24 mil millones de toneladas de tierra fértil que se pierden para satisfacer la demanda nacional de alimentos.

Los datos más recientes que encontramos indicaban que en 2016, según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), de las 99.953 hectáreas que conforman los 11 municipios de la Sabana Centro, 63.171 hectáreas cuentan con un uso totalmente distinto a los cultivos agrícolas. Es decir que el uso del suelo en el 63,2% de esta zona no corresponde con las tradicionales actividades agrícolas, y, ahora, son territorios construidos o simples lotes de engorde, en donde se levantarán futuras edificaciones o condominios.

Las consecuencias de esta pérdida de tierras evidencian que ya ni la Sabana ni Bogotá producen lo que sus pobladores consumen. “No solo han tenido que empezar a conseguir productos –como la cebolla– de otros departamentos, sino que la construcción, pavimentación o ‘endurecimiento del suelo’ han llevado a que las inundaciones sean más frecuentes”, señalaron en su momento expertos como Juan Carlos Camelo, director del Observatorio Sabana Centro Cómo Vamos.

Y esto nos lleva al tema de la conurbación, proceso que no habrá quién lo pare y que, si bien es aparentemente lento, hace que las ciudades y pueblos vayan creciendo por diversas razones como por el aumento de la tasa poblacional, construcción de nuevas infraestructuras y vías de comunicación, desarrollo industrial y tecnológico, entre otros factores.

Tal situación la están viviendo los municipios de Sabana Centro más cercanos a Bogotá, para el caso que hoy nos ocupa, Tenjo y Tabio, a los que no solo se les reclama su papel de productores de alimentos sino que sean proveedores de otros elementos diferentes -como minerales: arena-; además, se les exige lugares para el emplazamiento de diferentes tipos de infraestructura -vías de comunicación, industrias, entre otras y desde luego, lugares de nuevas residencias o con finalidades de ocio o de recreo.

Los municipios de Tenjo y Tabio, dadas sus cercanías con Bogotá (Tenjo a 28 kilómetros que se recorren en 45 minutos, y Tabio a 54 kilómetros que se recorren en una hora y cinco minutos), muestran una interrelación con la capital, lo que viene posibilitando la expansión de esta.

En suma, ambos municipios son espacios todavía muy rurales que empiezan a estar seriamente influenciados por el fenómeno de la metropolización. Y deben considerarse como territorios que han sido básicamente espacios de producción agraria, con estilos de vida tradicionales y que se están convirtiendo en lugares para industrias, urbanizaciones, condominios, entre otros usos.

Volteo de tierras

Este fenómeno de la conurbación en Sabana Centro, está auspiciado fundamentalmente, por el volteo de tierras, esto es, un conjunto de actuaciones irregulares en las que, mediante trámites sospechosos, se modifican los usos de suelo rural, de riesgo y ambiental por urbanos, lo que posibilita la construcción de proyectos inmobiliarios, afectando diferentes ecosistemas y reduciendo la cantidad de suelo disponible para la producción agrícola.

Según los expertos, existen dos modalidades en las que se presenta este volteo: el primero, consiste en la compra de predios a bajo costo que en la normativa de ordenamiento territorial del municipio son catalogados como rurales o ambientales. Luego, su uso del suelo es cambiado ilícitamente a urbano, procediendo luego a su venta por un precio hasta cinco veces mayor. La segunda modalidad es similar, solamente que empresas constructoras privadas pagan sobornos a los alcaldes o funcionarios municipales para que determinados terrenos sean “volteados”, los cuales son destinados a la construcción de proyectos de vivienda específicos.

La Perimetral de la Sabana

Junto con la conurbación, se encuentra el proyecto de construcción de la carretera Perimetral de la Sabana, que reventaría un proceso de deterioro y destrucción ambiental, social y agrícola en los valles de Tenjo y Tabio. En opinión del exministro del Medio Ambiente, Manuel Rodríguez Becerra “estos dos valles, en conjunto con el de Subachoque, conforman la última área continua de la región que presenta un buen estado, en relación con sus valores agrícolas, ecológicos y paisajísticos.

La Perimetral de la Sabana pretende atravesar siete municipios: Tenjo, Tabio, Cota, Cajicá, Funza, Madrid y Mosquera, desarrollándose en parte paralela al río Chicú y al río Frío. Para su primera etapa, Codinsa -la empresa antioqueña promotora-, planea una perimetral de doble vía, pero resulta obvio que en un plazo no muy lejano se transformaría en una autopista de varios carriles”.

Mercados campesinos

Como una demostración a los conurbanizadores de que nunca se van a dejar sacar de sus tierritas cada vez más pequeñas, los labradores de Tenjo y Tabio sacan cada ocho días a las plazas de mercado de los municipios o a las calles de los mismos, los sabores, olores y texturas del campo que no se pueden cultivar en las ciudades. Y de verdad que visitarlos se convierte en un gran atractivo, no solo por la asequibilidad de los productos que ellos ofrecen sino también por sus cómodos precios.

En Tenjo

Desde hace casi seis años, los campesinos y agricultores de Tenjo se idearon realizar los domingos en una calle del parque principal, una muestra de sus principales productos cultivados o elaborados en sus granjas, fincas y casas de la zona rural. La actividad ha dado buenos resultados. Poco a poco la fama de los Mercados Campesinos de Tenjo ha venido creciendo y motiva a visitantes de Bogotá a visitarlos y a comprar sus productos. Han permitido que lleguen incluso campesinos de Choachí, Fómeque, La Vega para comprar productos, hacer trueques o intercambiar semillas. Por esta época pos-COVID-19, dichos mercados se han venido fortaleciendo nuevamente.

En Tabio

Hasta finales del año pasado, cada 15 días los campesinos de las diversas veredas de Tabio se reunía para vender los variados productos, orgánicos, limpios, frescos como verduras y legumbres, frutas, huevos, aromáticas, y muchos más productos respetuosos con ambiente. La reapertura de dichos mercados este 2022 está prevista para mediados del mes de febrero.

La pionera de la agricultura orgánica
Una valiosa muestra de lo que todavía se puede hacer por producir alimentos con su terruño antes de venderlo a las constructoras lo constituye Constanza González, pionera de la agricultura orgánica en Colombia, fundadora de Tierra Verde, una de las primeras huertas orgánicas de Cundinamarca, quien habló para EL OBSERVADOR acerca de los beneficios de la producción y el consumo de la agricultura orgánica.

¿Qué motiva el nacimiento de Tierra Verde?
CONSTANZA GONZÁLEZ: Tres motivos dieron origen a este proyecto en 1995. El primero tenía que ver con el legado de mis padres, quienes nacieron y vivieron en el campo, de ahí mi apego y admiración por la naturaleza. Mi formación como antropóloga, por otro lado, me hizo comprender que el hombre puede relacionarse de otro modo con el medio ambiente al despojarse de su actitud depredadora. Luego, con el nacimiento de mi hija, centré toda mi atención en la construcción de una huerta orgánica en el municipio de Gachancipá y posteriormente aquí, en Tenjo.

¿Qué es la producción de alimentos orgánicos?
Es una tendencia que cobra cada vez más importancia entre las personas que buscan hábitos de vida saludables y amigables con el medio ambiente.

¿Cuáles son las principales características de la agricultura orgánica?
Es un sistema de producción en el que tratamos de utilizar al máximo los recursos de la tierra, aprovechar la fertilidad natural del suelo y respetar las actividades biológicas de las plantas procurando no intervenir en ellas con sustancias químicas. La idea es minimizar el uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos para proteger el medio ambiente y la salud humana. Sin embargo, va mucho más allá de la ausencia de agroquímicos; implica todo un proceso de selección de semillas y materiales vegetales, mejoramiento de las plantas, reciclaje de materias orgánicas y uso de fertilizantes e insumos alternativos para el control de plagas y enfermedades.

¿Por qué consumir alimentos orgánicos?
Los alimentos orgánicos mantienen sus propiedades naturales, vitaminas, minerales, azúcares y proteínas sin contaminantes ni conservantes, sus propiedades nutritivas son más altas y sus aromas, sabores y colores son mucho más intensos. Los alimentos orgánicos se producen en armonía con la naturaleza, conservando la biodiversidad y los recursos naturales esenciales: el suelo, el agua y el aire. La producción orgánica es sostenible, no destruye la tierra, contribuye a preservarla. El cultivo orgánico trata de restablecer, conservar y cuidar el equilibrio de los procesos biológicos.

¿Los alimentos orgánicos son más costosos que los convencionales?
Sí, debido a la complejidad del proceso de producción. Una planta proveniente de un cultivo extensivo no ha recibido el mismo cuidado y dedicación que una planta de la huerta orgánica. Además, en los cultivos orgánicos intervienen muchas manos que merecen una remuneración adecuada.

¿Qué tipo de productos cultiva en Tierra Verde?
Son más de 50 los alimentos que cultivamos. Entre ellos acelga, apio, ají, lechuga, zanahoria, rúgula, repollo, arveja, feijoa, tomate, rábanos, pimentón, hierbas aromáticas, etcétera, etcétera.

¿Dónde distribuye sus productos?
Los agricultores orgánicos tenemos la venta directa al consumidor; sin embargo, yo también surto a diferentes plazas de mercado, como la de Tenjo y Corabastos, y a varios restaurantes. Existe una creciente preocupación entre las nuevas generaciones por acceder a productos naturalmente saludables.