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1. A través de los Mecanismos de Participación Juvenil:
El Estatuto de Ciudadanía Juvenil (Ley 1622 de 2013 y su reforma Ley 1885 de 2018) creó un sistema completo para que los jóvenes participen. Estos son los espacios clave:
Consejos de Juventud: Son como los “concejos municipales” pero para jóvenes. Son elegidos por voto popular y su función es dialogar con los alcaldes y gobernadores, proponer políticas públicas y hacer control social sobre cómo se invierte el dinero destinado a la juventud. Un joven puede ser candidato y, una vez elegido, proponer acuerdos municipales o departamentales para proteger la pluralidad de creencias, crear políticas de diálogo interreligioso o vigilar que no haya discriminación por motivos religiosos en los colegios y universidades.
• Plataformas de Juventud: Son espacios abiertos donde se reúnen todos los grupos, colectivos y organizaciones juveniles de un municipio, departamento o incluso de la nación. No tienes que ser elegido para participar. Desde estas plataformas, los jóvenes pueden organizarse para:
• Crear comités o mesas de trabajo sobre libertad religiosa.
• Redactar propuestas y presentarlas a los Consejos de Juventud o directamente a las alcaldías.
• Organizar foros, debates y campañas para educar a otros jóvenes sobre la importancia de la libertad de culto y conciencia.
• Asambleas Juveniles: Son reuniones que se convocan para discutir temas específicos que afectan a la juventud. Un grupo de jóvenes interesados en la libertad religiosa podría solicitar que se convoque una asamblea para tratar este tema y sacar conclusiones que se puedan presentar a las autoridades.

2. Usando los Mecanismos de Participación Ciudadana:
Además de los espacios exclusivos para jóvenes, existen herramientas que cualquier ciudadano puede usar:
• Derecho de Petición: Puedes enviar preguntas o solicitudes formales a cualquier entidad del gobierno (alcaldías, ministerios, etc.) para saber qué están haciendo para proteger la libertad religiosa o para pedir que tomen acciones específicas.
• Acción de Tutela: Si sientes que tu derecho a la libertad religiosa (o el de alguien más) está siendo violado por una autoridad pública o un particular, la tutela es la herramienta más rápida y efectiva para que un juez ordene la protección de ese derecho.
• Iniciativas Populares Normativas: Un grupo de ciudadanos (incluidos jóvenes) puede redactar un proyecto de ley o de acuerdo municipal y, si recogen suficientes firmas, el Congreso o el concejo municipal está obligado a estudiarlo y debatirlo. Podrían proponer, por ejemplo, una política pública local de libertad religiosa.
• Veedurías Ciudadanas: Los jóvenes pueden organizarse para vigilar cómo se están implementando las políticas relacionadas con la libertad religiosa en su municipio, asegurándose de que los recursos se usen bien y que las acciones sean efectivas.
3. Participando en Organizaciones y la Política Formal:
• Organizaciones de la Sociedad Civil: Existen muchas ONG y fundaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos, y algunas tienen un enfoque específico en la libertad religiosa. Unirse a ellas o colaborar como voluntario es una forma muy efectiva de aprender, conectarse con expertos y participar en acciones de incidencia política a mayor escala. Un ejemplo es la Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior, que, aunque es una entidad del gobierno, a menudo trabaja con organizaciones y líderes juveniles.
• Partidos Políticos: Involucrarse en las juventudes de los partidos políticos es otra vía. Desde adentro, los jóvenes pueden influir para que los programas y las agendas de los partidos incluyan la defensa de la libertad religiosa y para que los
candidatos se comprometan con esta causa.
• Diálogo Interreligioso: Participar o crear espacios donde jóvenes de diferentes creencias puedan conversar y encontrar puntos en común es un acto político muy poderoso. Estos diálogos ayudan a derribar prejuicios y a construir una sociedad más tolerante, sentando las bases para políticas públicas más inclusivas.
La clave está en organizarse, informarse y usar los canales que ya existen. Desde los espacios formales como los Consejos de Juventud hasta la movilización social y el diálogo, los jóvenes colombianos tienen un amplio abanico de posibilidades para ser actores políticos activos en la defensa de un derecho tan fundamental como la libertad religiosa.