Para ‘vivir sabroso’ necesitamos de USTED 23/09/2022
Ante los permanentes hechos delincuenciales , los habitantes de Cajicá tienen una creciente percepción de inseguridad en las calles. Edilberto Devia
Cajicá y los municipios de la Sabana Centro enfrentan actualmente no solo problemas de desempleo y corrupción, sino de inseguridad, fenómeno que está azotando a sus habitantes, que claman soluciones urgentes.

Por: Hernando Villa A. - Veedor Municipa.

La apuesta del naciente gobierno en torno a ‘vivir sabroso’ es plausible, pero, con los altos niveles en desempleo, inseguridad, corrupción y demás males ¿será posible en el corto plazo?

Son tantos los problemas que no se ve por dónde llegar pronto a ‘vivir sabroso’, el estado ideal para lograr la felicidad. ¿Cuánto nos corresponde como sociedad?

Cajicá y los municipios de Sabana Centro no son ajenos a estos azotes. Hoy me referiré a la inseguridad: los municipios cercanos a Bogotá están expuestos a la llegada de individuos o pandillas delincuenciales atraídas por el crecimiento poblacional, la sensación de seguridad del recién llegado y la escasa presencia policial, entre otros.

En lo corrido del año, la percepción ciudadana es que ha aumento de inseguridad a lo largo y ancho de los municipios. El OBSERVADOR MEDIOS viene escuchando y atendiendo las quejas ciudadanas, hemos denunciado robos a mano armada a residencias y a establecimientos de comercio; atracos callejeros, robos a vehículos.

Un líder comunal invitado al programa radial EL OBSERVADOR FIN DE SEMANA ‒al aire todos los sábados de 7 a 9 a.m. por Cajicá Radio Internacional 94.4 FM‒ denunció la aparición de estructuras y bandas criminales.

El 24 de agosto pasado, asistí al auditorio principal del Centro Cultural atendiendo la convocatoria hecha por los comerciantes del centro de Cajicá para tratar el tema de inseguridad en el sector. Se me antoja que la asistencia fue escasa, en razón de la importancia del tema y la calidad de invitados, encabezados por el alcalde Fabio Ramírez; los secretarios de Gobierno y Desarrollo Económico; los comandantes del Gaula Cundinamarca y de Policía de Sabana Centro, entre otros. El escenario pintaba ideal para discutir, plantear estrategias y soluciones y para, posteriormente, hacer seguimiento en el corto plazo.

La reunión comenzó con retraso, no fue puntual en su inicio. A falta de un orden del día, el secretario de Gobierno, Diego Sandoval, dio la bienvenida a los asistentes. De inmediato se inició la presentación de videos de la Policía y el Ejército adelantando labores comunitarias, muy pertinentes, pero nada que ver con el objetivo de la convocatoria. Después intervino otro oficial, sin aportar nada al tema en cuestión.

Enseguida lo hizo el coronel Javier Lozano, comandante del Gaula Militar de Cundinamarca, con estadísticas, recomendaciones para evitar el secuestro y la extorsión; por supuesto, muy interesante, pero será en otra oportunidad, puesto que el clamor de los comerciantes siguió sin escucharse.

Luego, el mayor Omar Acosta, comandante de la Estación de Policía de Cajicá, tomó la palabra y reconoció los altos índices de inseguridad en el municipio, recomendó denunciar el delito de inmediato, alertar a la Policía y reportar los hechos o las personas sospechosas. Asimismo, informó que recibió la estación con 12 policías y que hoy cuenta con 42 y 7 motos. También habló sobre la conformación de los frentes de seguridad y las redes de apoyo, e invitó a la comunidad a participar en ellos; creo que los presentes no atendieron el llamado, era el momento de iniciar su conformación.

El alcalde Ramírez reconoció los problemas de inseguridad, se refirió a la puesta en marcha de la Secretaría de Seguridad y otras Secretarías recientemente aprobadas por el Concejo Municipal, y de inmediato procedió a otorgar el uso de la palabra a los asistentes.

Era el momento de los convocantes, pero, infortunadamente sus intervenciones se apartaron del objetivo principal, soluciones para combatir la inseguridad. Cada quien se dedicó a exponer su problema o a comentar el del vecino o conocido, acompañado de la queja de siempre: “dónde está la policía”, “no atienden las llamadas”, “por mi cuadra nunca pasan”, entre muchas. En conclusión, el evento careció de orden, no hubo quién lo pusiera; entre tanto se vio desfilar a varios concejales sin propuestas para enfrentar la problemática.

Al final de la reunión, habló la persona que habían anunciado como vocero de los convocantes, quien al comienzo ‒en un acto de caballerosidad‒ cedió el uso de la palabra a una de las señoras organizadoras. Su intervención, coordinada, bien enfocada y argumentada no tuvo el eco qu debió tener, ya que la gente estaba más pendiente de abandonar el recinto que de escuchar. Como punto de partida, démosle la bienvenida. A futuro, propongo hacer partícipe a la ciudadanía en general.

Conocido ampliamente el problema, los pasos a seguir serían: primero, constituir redes de apoyo y frentes ciudadanos; segundo, establecer conjuntamente con la Policía el modus operandi para combatir la delincuencia y, un tercer paso, crear mecanismos de seguimiento a los programas y soluciones que se planteen combatir la inseguridad.